miércoles, 5 de junio de 2013

TRANSEXUALES

Algunas personas consideran que el cambio de sexo es una opción libre y personal de cada individuo. Por tanto pasar por quirófano para cambiar de sexo equivaldría a realizarse una operación de cirugía estética, como retocarse la nariz, una liposucción o un aumento de pechos, aunque mucho más cara. Por ese motivo debería ser financiada por la persona que lo desea, y no entrar dentro de la Seguridad Social ni ser pagada con dinero público, que debería destinarse a prioridades más vitales. Tampoco serviría el argumento del sufrimiento psicológico de la persona afectada, por tener un sexo distinto al que desea, ya que ello sería equiparable al de una mujer obsesionada por haber nacido con los pechos pequeños, y no por ello se le financia el aumento de mamas.

Yo no estoy de acuerdo. Yo opino que las operaciones de cambio de sexo que deberían estar cubiertas por la Seguridad Social. Es habitual que la transexualidad no se comprenda, y se considere un “capricho”, un vicio o incluso una depravación. Es cierto que afecta a un número reducido y minoritario de personas y que difícilmente es “adquirible” o “contagiable” en una persona que no lo padezca de nacimiento. Por tanto, todos los que no lo quieren en la Seguridad Social saben que ellos nunca lo necesitarán. Como ninguna mujer necesitará nunca utilizar los recursos públicos para el cáncer de próstata (y no por ello piden que se excluya). Y obviamente, la Seguridad Social no debería marginar ninguna problemática por ser minoritaria porque el afectado ya tiene suficiente desgracia de haberle tocado a él.

La transexualidad solamente la comprenden los transexuales. Si alguna vez te has roto una pierna puedes entender el dolor del que se ha roto la suya. Puedes empatizar y desear destinar recursos a su curación. Sin embargo difícilmente entenderás el sufrimiento psicológico de una persona atrapada en un cuerpo del sexo contrario. Pero si esa persona está dispuesta a pasar por el quirófano para que le amputen los genitales, para que le reconstruyan artificialmente otros, si está dispuesto a afrontar el calvario hormonal y el rechazo social que supone cambiar de sexo es que realmente está muy desesperada. Es porque el sufrimiento que le supone habitar su cuerpo es tan grande que prefiere padecer ese tormento a resignarse al cuerpo que le ha tocado al nacer. Ese sufrimiento no lo podemos entender, pero existe. Y la Sanidad Pública es para ayudar a que la gente no sufra. Incluyendo a las minorías.